Desde que en 1628 William Harvey describiera la circulación de la sangre y puso el corazón en su sitio, la Medicina ha avanzado lo suficiente como para alargarnos la vida unos cuantos años. Para esto el señor Harvey probablemente abrió un montón de cuerpos…mmm Mejor no voy por ahí
Hoy en día nos hacemos una ecografía, una radiografía, una tomografía computerizada, una resonancia magnética… todo esto para vernos por dentro, y nos parece lo más normal del mundo.
¿Cómo funcionan estas tecnologías de diagnóstico que nos ven por dentro del cuerpo sin entrar en el cuerpo?
Lo primero que tenemos que decir es que sí que entran en el cuerpo, pero no lo notamos, la clave es:
La radiación.
¡Pero la radiación es mala!
Pues no necesariamente, hasta los plátanos son radiactivos, contienen potasio radiactivo.
A lo mejor por eso están tan ricos…
¡No, no! esa radiación inocua. Espera que te cuento lo de la radiación en cada una de los tipos de pruebas médicas.
Voy a empezar por la ecografía
La ecografía se basa en la emisión de ondas de ultrasonido, como un sónar
Como el sónar de los delfines y los submarinos…
Cuando las ondas alcanzan un lugar en el que se produce un cambio de densidad en los tejidos, se produce un eco, y un ordenador se encarga de interpretarlo de forma que podemos ver nuestros órganos internos en tres dimensiones. Las ondas de baja frecuencia permiten obtener imágenes de las zonas más profundas del cuerpo, mientras que la frecuencias muy elevadas facilitan el estudio de órganos superficiales.
Y esas ondas son radiación
Cualquier tipo de onda es la propagación de energía, y como tal se considera radiación. Pero esta radiación es no ionizante, es decir, no tiene la suficiente fuerza como para provocar apenas alteraciones en la materia, en nuestras células.
Para terminar con la ecografía comentar que con la técnica de ecografía Doppler se puede observar incluso el flujo de la sangre. Es muy útil, por ejemplo para el seguimiento de embarazos.
Hablaré ahora de los rayos X
Pues si el primer ecógrafo se inventó en 1960, los rayos X son anteriores. Disponemos de aparatos de rayos X en España desde el año 1913. El descubridor de la utilidad de los rayos X para ver los huesos fue el físico alemán Wilhelm C. Röntgen que en 1895 hizo la primera radiografía a la mano de su mujer y 6 años más tarde ganó el Nobel de Medicina por este motivo.
Estas radiaciones sí que son malas.
Los rayos X son ionizantes. Su peligro depende de la dosis. En una persona sana una radiografía no supone una dosis que deba preocuparnos. Aún así, no se realizan en mujeres embarazadas para prevenir.
Bueno, pues vamos a dejar los rayos X y pasamos a otra prueba diagnóstica.
No podemos dejar los rayos X, aún tenemos que hablar de la Tomografía Computerizada, TC o TAC (de Tomografía Axial Computerizada).
¿Y qué tiene eso que ver con los rayos X?, te estarás preguntando
Pues que el TAC también utiliza los rayos x para vernos por dentro, pero de una manera un poco más sofisticada.
Esa prueba es cuando te meten en un tubo
Bueno, no es el único medio de diagnóstico en el que te meten en un tubo o pasas tumbado por debajo de un arco. En un TAC el aparato emite haces de rayos X cuyo rebote en nuestro cuerpo son detectados con sensores especiales. El resultado final es la composición de una imagen de nuestro cuerpo en dos dimensiones por rodajas adyacentes, como si nos hubieran cortado en rebanadas.
Mejor dejo de hacer estas comparaciones
Aunque es así, ahí está la gracia de esta prueba. Además en ocasiones se puede usar un líquido de contraste en el que los ratos X rebotan de manera especial, y así ver mejor algunas estructuras internas.
En un TAC la cantidad de rayos X que se recibe es mayor que en una simple radiografía, pero el beneficio que se obtiene hace que merezca la pena hacer la prueba cuando está realmente indicado.
Aún quiero hablarte de la resonancia magnética o IRM
La resonancia magnética se basa en el uso de un potente campo magnético (vamos, un imán gigante), ondas de radio y cómo no, un ordenador para interpretarlo todo y formar las imágenes de dentro de nuestro cuerpo.
Paul Lauterbur inventó la resonancia magnética en 1971. Unos años más tarde Peter Mansfield refinó la tecnología y logró que en vez de horas bastase con segundos para obtener una imagen. Gracias a esto ambos fueron galardonados en 2003 con el Premio Nobel.
Como norma general no podremos realizarnos esta prueba si tenemos algo metálico dentro del cuerpo, como tornillos, placas de metal o un marcapasos.
La resonancia magnética también se puede realizar con un líquido de contraste intravenoso para mejorar las imágenes de los tejidos.
Hasta aquí la historia de hoy. Espero que con este resumen hayas aprendido cosas nuevas.
Hasta el próximo capítulo.