La probabilidad de que te gusten las historias con espadas de por medio y ambientadas en la Edad Media o algo similar es muy alta.
¿Por qué nos gustan tanto las historias con espadas? Probablemente porque lo que nos gustan son las historias de personas valientes, de héroes. Y qué hay más valiente y más héroe que un tipo (hombre o mujer) con una espada en la mano.
Si es el malo, ya habrá un protagonista bueno para frenarle los pies. Si es el bueno, seguro que tiene muchas aventuras que contar.
Así que si queremos crear una historia con espadas tenemos que situarla en algún momento histórico adecuado. O inventarnos un mundo equivalente a ese momento de nuestra historia donde las espadas estaban a la orden del día.
A esa época la llamamos Edad Media. Este concepto es el más impreciso que se nos ha ocurrido. Lo digo porque la Edad Media abarca más de 1.000 años. Eso es mucho tiempo para homogeneizar acontecimientos, cultura y costumbres.
Pero da igual, nos hacemos una idea, nos situamos en la baja Edad Media, o en un mundo anterior incluso si es necesario. También podría ser posterior, porque hasta la generalización de las armas de fuego mucho más tarde el arma principal era la espada.
Así que da igual el momento, pero que tenga espadas, y si son grandes y espectaculares mucho mejor.
Reconócelo, te gustan las espadas. La única pega que le encuentro a las espadas en las historias es que hay que ser muy hábil y entender de técnica de lucha con estas armas para poder contar una batalla o una pelea entre dos.
En las producciones audiovisuales nos parece todo muy sencillo pero no lo es en absoluto. ¿Y si la pelea se describe en un libro o un comic? Hay que saber algo de lucha con espadas.
Pero voy más allá, porque lo mío es contar historias para ser escuchadas (bueno, una parte). Y ahí ahora mismo no sé cómo hacerlo, no te voy a engañar.
Pero si te gustan tanto las espadas, lo mismo voy a tener que aprender.
Me lo pongo como deberes. Ya te contaré si avanzo con este tema.
Ignacio de Miguel