La calidad de los pódcast se puede medir en función de diferentes parámetros. No se puede decir que cada una de las variables sea la más importante, todas forman el podcast final tal como lo ofrecemos a los oyentes, y debemos equilibrar la calidad en cada una de las variables.
Sin embargo, como dice la podcaster y productora de podcast argentina Andrea Cukier, el oyente puede perdonar un mal sonido o una mala producción si el contenido es suficientemente bueno.
En ocasiones, por limitaciones prácticas o de costes, por ejemplo, podemos compensar los niveles de calidad de un parámetro con el de otro. El objetivo es que el conjunto tenga un notable alto como mínimo.
Vamos a ver en cada parámetro qué consideramos una alta calidad.
Calidad del contenido (guion)
El guion es el principio de un pódcast. La programación de la serie, la estructura de contenidos y el propio guion de cada capítulo es lo primero que tenemos que elaborar. Como he comentado al principio, no existe una parte más importante que otra, pero si los cimientos del pódcast, es decir, el guion, no es bueno, lo que construyamos por encima no va a lucir como podría. Si hablamos de costes, el mayor coste de elaborar un pódcast está en el tiempo y la dedicación para crear un buen guion.
Calidad de locución
Este suele ser el eslabón más débil de la cadena. Para mí es el segundo paso para disponer de un buen podcast, pero al mismo tiempo es, tal vez, el más complicado.
Si tú eres el locutor, tienes tu voz, tu personalidad, y eso no lo podemos cambiar fácilmente. Sin embargo sí puedes modular tu voz, aprender a expresarte ante un micrófono. Para esto lo primero que necesitamos es ser conscientes de nuestras debilidades como locutores, y esta es realmente la tarea difícil.
Si pedimos una opinión sincera sobre un pódcast, nos hablarán del guion, del sonido, del montaje… pero casi nadie se atreverá a criticar al locutor.
Hay muchos locutores que no lo hacen bien. Hay locutores de radio muy populares que son muy malos comunicando. El problema es que no se han molestado en detectar sus puntos débiles y aprender a mejorarlos. Ni siquiera lo han intentado.
En el podcast ocurre algo parecido. No hay que ser un locutor de radio, son dos medios diferentes, hay que ser un locutor de podcast. Nos permitimos muchas licencias en comparación, pero la falta de expresividad, la carencia en comunicación, las muletillas al hablar, etc., son una pesadilla para poder decir que tenemos una locución de calidad.
No queremos una voz perfecta, no queremos un locutor de radio estupendo. Queremos una personalidad que no cometa errores de bulto, que evite las muletillas, que tenga un mínimo de carisma comunicando.
La calidad en la locución la consigues escuchándote a ti mismo con pausa, y siendo crítico contigo mismo, para luego trabajar en mejorar los puntos débiles. Y si hay que regrabar, se regraba. Si hay que tirar un podcast y grabarlo entero de nuevo, se hace. Así es como se consigue una locución de calidad.
Las grabaciones de podcast en falso directo (sin edición posterior) son el enemigo número uno de la calidad de locución, salvo que seas un profesional de la radio, claro, en cuyo caso se supone que has aprendido a ser locutor antes de ponerte delante del micrófono.
Calidad de sonido
Esto parece lo más fácil, disponer de una buena calidad de sonido. Pero tiene su complejidad, sobre todo porque las mejoras en el sonido suelen ser pequeñas a pesar de hacer grandes cambios, y a veces cuesta detectar la mejor forma de tener un buen sonido.
Un buen sonido con una voz aguda o una voz grave se consigue con micrófonos distintos o bien con retoques de sonido posteriores distintos para cada voz.
Las mejoras a veces son poco perceptibles y requieren de muchas pruebas y comparaciones para decidir la mejor forma de tratar una voz para que suene lo mejor posible.
Como punto de partida, necesitamos una tarjeta de sonido o interfaz de sonido externa que nos ofrezca una buena calidad. A partir de ahí, según la voz de locución y el lugar de grabación, es cuestión de probar micrófonos, tratamientos posteriores de la voz vía software, etc.
Calidad de montaje
Por último tenemos la calidad del montaje. Un buen montaje puede maquillar algunas deficiencias en el resto de variables. Un montaje sencillo, sin cortinillas, indicativos, sin música ni nada especial, no tiene por qué desmerecer un pódcast.
Como siempre, si hacemos un montaje, que sea bueno. Si el resultado del montaje no mejora la calidad del resultado final, lo mejor es no realizar ningún montaje sonoro y dejar las voces editadas sin más, con una simple entrada y una salida.
Recomiendo al menos añadir una entrada con la presentación de la persona o personas que lideran el podcast, y una salida o una despedida rápida. Me he encontrado con podcast que no tienen ni uno ni lo otro. Una cosa es no realizar montaje sonoro y otra ni siquiera saludar…